La atención es la cualidad principal de la percepción que funciona como una especie de filtro de los estímulos a nivel ambiental, estudiando cuáles son los más relevantes y dotándolos de prioridades para un entendimiento más profundo.
Es la capacidad de bloquear las distracciones y centrarse en la información que es relevante. Tambien se define como la habilidad de aplicar voluntariamente el entendimiento de un objetivo, tomarlo en cuenta o en consideración.
Por otro lado, también se entiende por atención al mecanismo que regula y controla los procesos cognitivos. Hay ocasiones en que incluso actúa de manera inconsciente.
En el ámbito coloquial se usa mucho este término, como por ejemplo “llamar la atención”. Con esto lo que se quiere decir es que una persona o un elemento determinado consigue despertar el interés o la curiosidad de otra.
Otros usos del término atención se refieren a la cortesía (la atención como una demostración de respeto hacia otras personas) y al llamado que se les hace a los soldados formados para empezar un ejercicio o una maniobra.
Tipos de atención
Atención selectiva
Este tipo de atención es la habilidad que tiene un individuo para responder a las señales que requiere una determinada actividad o situación y lograr apartar a un lado todas aquellas que no resulten indispensables para llevarlas a cabo con su fin.
Atención involuntaria
Esta clase de atención es la que se vincula con el surgimiento de un estímulo que resulte nuevo, significativo y muy fuerte, que por la monotonía o repetición, suele desaparecer. Esta es la respuesta de la orientación, que son las manifestaciones motoras, electrofisiológicas y vasculares que se presentan ante estímulos fuertes y novedosos, esa respuesta es innata.
Esta atención se caracteriza por ser de tipo emocional y pasiva, ya que la persona no va hacia el objeto o situación intencionalmente, ni tampoco realiza ningún tipo de esfuerzo. Además, esta atención no está vinculada con los motivos, intereses o necesidades inmediatas del individuo.
Atención voluntaria
Esta clase de atención es la que se desarrolla en el periodo de la niñez, a través del aprendizaje escolar y del lenguaje. La atención voluntaria se logra luego de que el niño tiene la capacidad de señalar objetos, así como también nombrarlos sin la ayuda de sus padres.
Esto quiere decir entonces, que la atención voluntaria es el resultado del desarrollo de la atención involuntaria, ya una vez adquirida, el individuo pasa de una a otra con frecuencia.
Atención dividida
Esta es aquella habilidad que posee una persona de atender a por lo menos dos estímulos al mismo tiempo. También se le llama atención dividida, a esa que frente a una carga de estímulos el individuo logra arreglar sus recursos de atención, para así poder desempeñar una tarea un poco compleja.
Atención focalizada
Es la capacidad de estar despierto y de mantenerse en alerta. Implica la capacidad de seguir órdenes y estímulos, es la activación general del organismo. Algunas pruebas de evaluación son:
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Test de orientación y amnesia de Galveston.
- Escala de coma de Glasgow.
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Control Mental de la escala de memoria de Wechsler. WMS-R.
- Escala de amnesia postraumática de Westmead.
Atención sostenida
Es la capacidad de mantener una respuesta de manera consciente durante un tiempo prolongado. Por ejemplo, en el CPT (transmission control protocol), es dar una respuesta (pulsando una tecla determinada) ante una presentación de letras en la pantalla, separadas por un espacio de tiempo, y dejar de dar respuesta ante una u otras letras concretas (por ejemplo la Y).
La duración de esta prueba es de 20 minutos, por lo que el sujeto deberá estar atento en todo ese tiempo.
Atención al cliente
Se utiliza el término de atención al cliente a aquel servicio que proporcionan y ofrecen las empresas de servicios o que comercializan productos, entre otras a sus clientes para comunicarse directamente con ellos.
Podemos definir el término de atención al cliente como el grupo de actividades desarrolladas por las organizaciones con orientación hacia el mercado, encaminadas a identificar las necesidades que tengan los clientes en la compra, para satisfacerlas; logrando así el modo de cubrir sus expectativas y, por ende, crear o incrementar la satisfacción de todos los clientes.