Un adverbio: es una palabra sin significado propio y frecuentemente indivisible en partículas más pequeñas, que complementa o refuerza a un verbo, un adjetivo, otro adverbio o incluso a una frase completa.
Cuando complementan al verbo, decimos que son sus adyacentes circunstanciales, ya que van junto a él y su utilización depende de la circunstancia, algunos adjetivos pueden también cumplir esta función.
Clasificación de adverbios
De acuerdo a las referencias que llevan a efecto de la realidad (es decir, sus valores léxicos), los adverbios se dividen en varios grupos a saber:
Bajo una clasificación semántica, tenemos:
- Adverbios de lugar (aquí, allá, aquí …)
- Adverbios de tiempo (entonces, poco después …)
- Adverbios de pregunta (dónde, cuándo, por qué …)
- Adverbios de afirmación (como sí, así mismo, también …)
- Adverbios de negación (como no, tampoco …)
- Adverbios de duda (como acaso, quizá …)
- Adverbios de modo (tal vez, como, por desgracia …)
Bajo una clasificación funcional, tenemos:
- Adverbios demostrativos (como aquí, ahora, entonces, tanto, tal… )
- Adverbios relativos (cuanto, como, como donde …)
La mejor forma de distinguir los adverbios será siempre basándonos en el contexto dentro de su propio enunciado, ya que así estaremos remitiéndonos a su significación, lo cual es a todas luces la mejor manera de saber qué tipo de adverbio estamos tratando.
La posición de los adverbios dentro de una oración es bastante flexible, toda vez que como adyacentes circunstanciales gozan de esta gran libertad pues no deberían alterar el sentido de una oración incluso si no estuvieran presentes, no obstante, hay algunos adverbios que se ven mejor, o se leen mejor, o suenan mejor cuando van acompañando al núcleo verbal ya que sin duda en algo modifican la referencia que el verbo hace de la realidad: Jugó bien fútbol / Bien jugó futbol / Fútbol jugó bien , en donde el adverbio bien cuando va después del verbo jugó, incide de primera mano sobre su significado.