En la actualidad existen suficientes evidencias acerca de que los músculos esqueléticos no son homogéneos en relación con el tipo de fibra que los componen. Las fibras musculares corresponden a las células que conforman los músculos, constituidas a su vez por unidades contráctiles llamadas miofibrillas.
La fibra muscular también se conoce como miocito, es una célula fusiforme y multinucleada con capacidad para contraerse y por la cual está compuesto el tejido muscular.
En el cuerpo humano se presentan tres tipos de músculos que se diferencian entre sí según el criterio funcional y estructural. Con respecto al criterio funcional, dos de estos tres tipos son músculos de contracción involuntaria, es decir, son los músculos que hacen funcionar a los órganos internos como el corazón y los pulmones y no están sujetos a las decisiones mentales.
El tercer tipo de músculo se llama músculo esquelético, la funcionalidad de este sí depende de las decisiones mentales, es decir, son músculos voluntarios. Están sujetos a los huesos mediante los tendones, de forma que cuando se contraen producen movimiento o bien, mantienen la postura deseada. Estos músculos conforman entre el 40% y 50% de la totalidad de los músculos del cuerpo humano.
Estructura de la Fibra Muscular
Las fibras musculares presentan unas medidas dispares: longitud entre 0.1 – 10 cm y diámetro entre 10-100 micras. En la estructura de una fibra muscular se pueden distinguir el sarcolema, el sarcoplasma, las miofibrillas y los núcleos.
El Sarcolema (membrana muscular)
Se encuentra formado por la membrana celular típica (plasmalema) y una lámina basal compuesta por glucoproteínas.
El Sarcoplasma
Cuenta con una proteína capaz de afianzar el oxígeno transportado por la sangre (mioglobina) y que adjudica a la fibra muscular su singular coloración roja. La fibra muscular, asimismo, tiene una gran capacidad metabólica; almacena hidratos de carbono y los transforma en glucógeno.
Las Miofibrillas
Son unas estructuras cilíndricas muy delicadas y menudas (1 micra de diámetro) cuyo origen reside en las proteínas, además, son las principales responsables de la contracción muscular. Están localizadas paralelamente al eje longitudinal de la fibra, a la cual recorren de punta a punta, uniéndose finalmente al sarcolema.
Los Núcleos
Se pueden encontrar miles de núcleos en cada fibra muscular, se sitúan en la parte posterior del sarcolema.
Tipos de fibras musculares
Concretamente existen 2 grandes grupos de fibras musculares esqueléticas. Las fibras tipo I, llamadas también fibras de contracción lenta o fibras rojas y las fibras de tipo II, que son fibras de contracción rápida también llamadas fibras blancas.
Las características de las fibras musculares lentas y rápidas quedan determinadas por la genética en edades tempranas de la vida. Los genes que se heredan por parte de los progenitores determinarán qué neuronas motoras inervan las fibras musculares individuales.
Después de haberse establecido la inervación, las fibras musculares se especializan según el tipo de neurona que las estimula. Las proporciones de fibras lentas y rápidas no son los mismos en todos los músculos del cuerpo. Usualmente los músculos de las extremidades superiores y de las inferiores de una persona tienen composiciones de fibras semejantes.
Fibras de Tipo I
Estas fibras fundamentan su actividad esencialmente en la respiración celular aerobica, utilizan muchas cantidades de oxígeno. Como resultado, adquieren una gran resistencia a la fatiga, pero producen una fuerza menor ya que las contracciones son más lentas. Su potencial de crecimiento con respecto a la hipertrofia es bajo.
Debido a las características que presentan, son las fibras que soportan el esfuerzo en actividades físicas de larga duración como las carreras de larga distancia y maratones.
Fibras de Tipo II
La mayor parte de las fibras del músculo esquelético en el cuerpo humano se llaman fibras rápidas, ya que son capaces de contraerse en 0,01 segundos o menos después de la estimulación. Las fibras rápidas cuentan con un gran diámetro.
Contienen miofibrillas densas, grandes provisiones de glucógeno, y las mitocondrias son condicionalmente escasas. La tensión elaborada por una fibra muscular es directamente proporcional a la cantidad de sarcómeros, en tanto que los músculos sometidos a las fibras rápidas producen intensas contracciones.
Con respecto a la larga duración, es preciso señalar que las fibras rápidas se consumen antes ya que la actividad tan prolongada se produce fundamentalmente por el metabolismo anaeróbico.
Fibras de Tipo II A
Son fibras que se oxidan rápidamente. Como también utilizan el oxígeno, son fibras resistentes a la fatiga, aunque en mucha menos medida que las fibras de Tipo I, sin embargo su poder de contracción es mayor.
Fibras de Tipo II B
Son las fibras que cuentan con la contracción más rápida y potente. A la hora de practicar ejercicio intenso, como por ejemplo levantar peso, son las fibras que actúan. Asimismo, con respecto a la hipertrofia tienen una capacidad de crecimiento mayor, en consecuencia, los músculos crecen y se tornarán más grandes. Pueden realizar mayores esfuerzos durante menos tiempo.
Son una combinación entre las fibras rápidas y fibras lentas. Aparentemente, se asemejan a las fibras rápidas, ya que contienen su coloración es más clara. Cuentan con una red capilar más amplia a su alrededor, sin embargo, son más resistentes a la fatiga que las fibras rápidas. Del mismo modo, también se las denomina como fibras de contracción de rápida oxidación y las fibras de tipo II-B.