Funciones de la adrenalina

El término adrenalina deriva de la palabra del inglés adrenaline cuya raíz etimológica viene del latín ad que significa junto a y renalis que quiere decir renal.

La adrenalina, también denominada epinefrina, además de ser una hormona, es un neurotransmisor que aumente el ritmo cardíaco, contrae los diferentes vasos sanguíneos, dilata la respiración y también interviene en el sistema nervioso. Es considerada la hormona que produce activación y está relacionada a reacciones intensas en las que se producen emociones muy elevadas.

Esta hormona está acumulada dentro de la médula suprarrenal a manera de gránulos. Cuando el organismo se encuentra estable se libera adrenalina de forma que casi ni se percibe y no se traslada hacia la sangre sino que se queda guardada en la médula suprarrenal.

Una de las enfermedades más graves y que provoca alteraciones en la glándula suprarrenal se denomina enfermedad de Addison, que es producida cuando estas glándulas no pueden producir hormonas en cantidades suficientes.

De forma química, esta sustancia pertenece al conjunto de las monoaminas, que son neurotransmisores que van directamente a la sangre y es sintetizada por la tirosina.

La adrenalina no activa el organismo de forma global porque no hay un único órgano que se ponga en alerta, sino que se distribuye por diferentes partes del organismo y produce distintos efectos en su conexión con otros órganos y con otras funciones del cuerpo que finalmente producen la activación.

En medicina la adrenalina puede tener diferentes efectos por un lado se utiliza para reanimar el corazón pero si se produce una sobredosis de la misma puede llegar a causar la muerte.

Funciones de la adrenalina


Eleva el ritmo cardíaco

Hace que el ritmo cardíaco se acelere y permite que el individuo realice grandes tareas pero con mayor facilidad. Bombea la sangre de forma más rápida y los músculos se llenan de oxígeno por lo que les permiten realizar grandes esfuerzos.

Interviene en la dilatación de los vasos sanguíneos

La adrenalina permite que los vasos sanguíneos que se encuentran conectados con órganos de gran importancia en el organismo se ensanchen y los vasos más delgados que están cerca de la parte externa de la piel quedan comprimidos produciendo un aumento en la presión de la sangre.

Las pupilas se dilatan

Con el uso de la adrenalina las pupilas se dilatan y el cuerpo recibe más luz. Al entrar mayor luz a los ojos  la capacidad visual aumenta lo que permite al individuo estar mucho más consciente de lo que sucede en su entorno.

Aumenta la respiración

El consumo de adrenalina eleva el ritmo en la respiración tanto cuando se inspira, como cuando se expira logrando que la sangre se llene de oxígeno y el organismo pueda rendir mucho más en el aspecto físico. Ejerce una función broncodilatadora, pues relaja la musculatura lisa que tiene la pared de los bronquios pulmonares y los dilata.

Los intestinos detienen sus movimientos

El movimiento de los intestinos se vuelve mucho más lento, al consumir una energía que el cuerpo no necesita en tiempo de alerta y hace que esa energía se acumule en la zona de los músculos.

Mueve el glucógeno

Al liberarse adrenalina se descompone el glucógeno y esa energía se reserva para los músculos y otras áreas del cuerpo que demanden físicamente más energía. Como consecuencia de esto la glucosa en la sangre que está preparada para quemarse, aumenta su nivel.

Aumenta la presión arterial

Es hipertensiva , sube la presión, producto de la contracción que ejerce en los vasos sanguíneos.

Función secretora

Interviene favorablemente en la secreción salivar, lacrimal, y del jugo gástrico, pero disminuye la secreción de sudor.