Se conoce como shock a la afección generalmente mortal que se crea cuando el organismo no recibe la cantidad de sangre suficiente para poder funcionar. Por esta falta de flujo tanto las células como los órganos no obtienen la cantidad necesaria de oxígeno que necesita, así como también los nutrientes, cayendo por esto en un colapso donde los órganos pueden llegar a dañarse.

Cualquier persona que presente un chock debe recibir tratamiento de emergencia, ya que este empeora con gran rapidez y si no es reanimada colapsará todo su sistema causando su muerte.

El shock puede ocurrir cuando se presenta cualquier afección en el organismo que influye en la cantidad del flujo de sangre, en este caso sucede cuando este flujo disminuye. Generalmente ocurre cuando hay problemas del corazón, alteraciones en los vasos sanguíneos, deshidratación o hemorragia, por el consumo de medicinas que alteran la presión arterial y la actividad cardíaca, etc.

Tipos de shock


Shock cardiógeno

Es el que ocurre a causa de problemas cardíacos. Se cataloga como la forma de mayor gravedad en que puede fallar el corazón, donde su causa principal es por el fallo de la función miocárdica.

Este tipo de shock ocurre a causa de una cardiopatía isquémica, lo cual ocurre en la segunda fase del IAM o infarto de miocardio. También puede ocurrir en la etapa final de ciertos procesos patológicos y cardiopatías.

Shock anafiláctico

Es el shock que ocurre en presencia de una reacción alérgica muy exagerada ante un antígeno. Existen muchos agentes que causan esta reacción alérgica, como son los venenos de animales, anestésicos locales, antibióticos, ciertas hormonas como la insulina, hemoderivados, contrastes yodados, analgésicos narcóticos, anti-inflamatorios no esteroideos, etc.

Shock hipovolémico

Refiere a la afección mortal que se crea cuando el volumen de sangre es muy poco. Este aparece cuando hay pérdidas cuantiosas de líquido que tienen un origen gastrointestinal, como es la diarrea y los vómitos; también ocurre cuando hay fiebre muy alta, por una excesiva diuresis, hemorragias, quemaduras graves, y por el escaso aporte hídrico o la falta de este.

En pocas palabras ocurre cuando el organismo presenta un volumen muy bajo de líquidos o sangre.

Shock vasogénico

Es el choque del organismo producto a los efectos que ocasiona algunas drogas, como son los narcóticos, los antibióticos, y ciertos medicamentos que hacen que aumente el sistema vascular sin generar cambio alguno en el volumen de sangre en el sistema.

Shock neurógeno

Este se produce cuando el organismo sufre de algún daño en el sistema nervioso simpático, sea que presente alguna lesión o que haya disfunción en este. Usualmente se crea cuando hay un bloqueo del tipo farmacológico en el sistema nervioso simpático. o cuando la médula espinal presenta una lesión a nivel o sobre la T6.

Shock séptico

Tipo de colapso que se produce a causa de infecciones. Ocurre cuando hay una respuesta del huésped del tipo inflamatorio a los microorganismos y sus toxinas; como son virus, protozzos y hongos.

Shock metabólico

Ocurre cuando el paciente tiene una enfermedad grave que no puede ser tratada, y en el se produce una gran pérdida de fluido por diarrea, vómito o por orina en exceso. Por la falta de fluido y la gran deshidratación al cual entra el organismo, es insuficiente ofrecer la perfusión que requieren los órganos y tejidos creando un choque en la persona.

Shock hemorrágico

Este shock sucede cuando se laceran venas o arterias en heridas abiertas, a causa de sangrado intra-abdominal o de hemotórax, o por hemorragias secundarias a factura.

Shock psicogénico

Este tipo de shock es el más común, lo cual aparece como una repentina reacción del sistema nervioso, que crean una dilatación vascular generalizada y temporaria, donde se hace imposible llevar la sangre necesaria al cerebro.

Síntomas de shock


Cuando una persona sufre un colapso o choque presenta muy baja su presión arterial, además suele presentar diversos síntomas que dependerán directamente del tipo de shock sufrido, entre los más comunes se destaca:

  • Confusión.
  • Ansiedad.
  • Agitación.
  • Dolor torácico.
  • Perdida de memoria.
  • Piel pálida, pegajosa y fría.
  • Mareos, desmayos o vértigo.
  • Ausencia o disminución del gasto urinario.
  • Respiración superficial.
  • Pulso débil y rápido.
  • Piel húmeda y sudor profuso.