El músculo liso: es uno de los tres tipos de tejido muscular en el cuerpo humano. Su acción es esencial para el control de la homeostasis, es decir, de ese proceso con el que el organismo mantiene constantes las condiciones físico-químicas internas, incluso aquellas ocasionadas por factores ambientales externos.
El músculo liso es sinónimo del músculo involuntario, que es un tejido que puede contraerse y relajarse sin la participación intencional de la actividad cerebral. Aunque su contratación se resta del dominio de la voluntad, una parte de nuestro sistema nervioso periférico – llamado el sistema nervioso autónomo o vegetativo (orto y parasimpático) – todavía es capaz de controlarlo de una manera excelente.
El músculo liso: es la característica muscular de los órganos y cables internos, tales como el estómago, los intestinos, la vejiga, los bronquiolos, el útero y los vasos sanguíneos y linfáticos; lo encontramos también en los músculos dentro del ojo – que regulan el diámetro de la pupila – y aquellos en la piel, que mantiene el control de la erección de los vasos capilares.
La palabra «suave» viene integrada a la descripción de este músculo, caracterizado por la ausencia de estrías transversales típicas del cuerpo estriado muscular, tanto esqueléticos como cardíacos. Los filamentos de las células de fibras lisas contráctiles en realidad están dispuestos en una forma menos organizada y no son los clásicos y reconocibles sarcómeros.
Las células musculares lisas, llamadas células de fibra tienen una forma fusiforme (con un centro ligeramente dilatado y el extremo delgado y puntiagudo); en contraste con los acanalados, que se organizan en haces paralelos, las células de fibra se recogerán en haces trenzadas y lisas, dispuestas de manera tal que una corresponde a la parte central de una terminal de la otra; su tamaño es más pequeño que la otra parte.
Dentro de las fibrocélulas lisas, – que por cierto están siempre en contraste con las fibras esqueléticas que son multinucleadas -, sólo se reconocerá una núcleo.
En los diversos tejidos, también, las vigas miofibrilares lisas se pueden organizar en múltiples capas y orientarse en diferentes direcciones. En el intestino, por ejemplo, se distingue una capa circular que rodea el lumen y una capa longitudinal que recorre toda la longitud.